Homilía - Monseñor Han Lim Moon
Domingo 32° durante el año - Ciclo A - 8/11/2020
(San Mateo 25, 1-13)
¿Ya encontraste “el Amor de tu vida”? (II)
¿Tu pareja en crisis? ¿Cómo la salvas?
¿Qué sentiste cuando viste a tu esposa entrar a la Iglesia con el vestido de novia? ¿Qué sentiste cuando entraste a la Iglesia y viste a tu esposo allí adelante esperándote? ¿Y cuándo tuviste el primer encuentro con quien sería tu compañero/a para toda la vida? ¿Te acuerdas? ¡Seguro que sí!
En la época de Jesús, cuando se casaban, el esposo se dirigía de noche con sus amigos a la casa de su esposa, donde ella lo esperaba junto con sus amigas, quienes tenían lámparas de aceite encendidas.
En el evangelio de hoy, Jesús compara el reino de Dios con una fiesta de casamiento. Y narra que había diez jóvenes con sus lámparas encendidas, cinco tenían provisión de aceite, en cambio, las otras cinco no. Como el esposo tardaba, todas se quedaron dormidas pero se despertaron a medianoche por un grito: “¡Ya viene el esposo, salgan a su encuentro…!”.
Ahora, todas las personas esperan al amor de su vida para ser plenamente felices, por eso, muchas se casan o forman pareja. Pero, aún “siendo el uno para el otro”, experimentan en su corazón que no llegan a ser plenamente felices.
¿Y por qué? Porque, aunque las parejas se complementen muy bien y tengan buenos hijos, sin graves problemas, no toman conciencia de que todos nacemos incompletos, y que las cosas y personas de este mundo no pueden darnos la plenitud.
Por esta razón, consciente o inconscientemente, las parejas siguen buscando un amor que las plenifique. Y muchas veces esa búsqueda se alarga tanto que se hace de “noche” y una “noche oscura”. Por eso, se aburren, se cansan, se desaniman y se quedan dormidos con el peligro de la separación.
Para las personas que se encuentran en esta noche oscura del corazón, hoy se les anuncia la Buena Noticia: “Ya viene el Esposo, salgan a su encuentro”. ¡Es la Buena Noticia que despierta, resucita de la somnolencia, aburrimiento, depresión y desesperanza! ¡Al fin llegó el Amor de la vida!
¡Y ese Amor de la vida que completa a los dos se llama Jesús! Es Él, el Esposo de la humanidad sin el cual nunca vamos a llegar a la plena felicidad. ¿Lo quieres? ¿Lo tienes?
Ahora, si queremos recibir al Esposo Jesús, ¿cómo podemos prepararnos en esta noche oscura de la humanidad?
• Creer que Él ya llegó y está presente en nuestra vida. (Fe)
• Descubrirlo y amarlo en los hermanos, comenzando por los más cercanos, esposa, esposo. (Amor)
• Esperar a Jesús glorioso y hermoso con la lámpara encendida. Es decir, perseverar en los quehaceres cotidianos siendo delicados, fieles y despiertos de corazón para el encuentro amoroso con Él. (Esperanza)
¡Así nos preparamos para recibir al Esposo!
Por último, para las parejas, les recomiendo especialmente orar juntos, expresando espontáneamente al Señor la vivencia profunda del corazón para compartirla también con su pareja. De esta manera, el Señor no sólo refresca, alimenta y completa el amor de los dos, sino que también, los favorece y enriquece por el constante conocimiento mutuo. ¡Sería muy hermoso descubrir que el otro es un manantial inagotable! ¡Así refrescarán siempre su amor!
Querido amigo, querida amiga, hoy “les abro la puerta” y les proclamo la Buena Noticia: “¡Tu Esposo ya está esperándote…allí adelante!” Amén.
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